La Polio como concepto y como realidad acompañó a mi familia desde que yo tengo uso de la razón: mi madre había sufrido la enfermedad siendo una niña de apenas dos años y durante toda su vida soportó sus secuelas en forma de debilidad en una pierna y la necesidad de llevar botas ortopédicas. Dando un ejemplo constante de convivir con esas circunstancias, nos enseñó a sus dos hijas sin tristezas ni quejas que hay situaciones adversas que son superables si se aceptan y que es tan importante ayudar como dejar que te ayuden.
Son
tantos los buenos recuerdos que tenemos de ella, muchos de los cuales adquieren
otra dimensión si se tiene en cuenta el constante sobreesfuerzo que tuvo que
hacer para cumplir con su papel de madre y esposa…
Cuando
a nuestra madre le sobrevino la post-polio, todavía no se sabía lo que era. Por
suerte, los lazos de cariño de nuestra familia nos permitieron aceptar el
cambio que sufrió y acompañarla hasta su muerte a los casi ochenta años
derrochando amor hasta el último día.
Hace
unos días asistí aquí en Málaga a la presentación del libro SUEÑOS DE ESCAYOLA
de José Vicente, y en las caras de muchos de los afectados por la polio que
estaban en el público, reconocí esa misma fuerza y alegría por superar esa
grave enfermedad, seguir adelante, hacer feliz a los tuyos y dejar que te amen
tal como eres.
A seguir leyendo en el blog de José Vicente.
Me has emocionado Dorotea, la fuerza y las ganas de vivir de tu madre es muy similar a la de tantos otros que sufrieron esta enfermedad. Tú aquí lo reflejas desde tu visión de niña orgullosa que ve el esfuerzo por superarse y sacar adelante el trabajo de ser madre. Mujeres valientes y desprendidas. Además tuvo que realizar toda esa lucha en una época en que todo era mucho más dificil.
ResponderEliminarEl Sindrome Postpolio fue, y es todavía hoy, el mazazo definitivo de una enfermedad cruel como pocas, pero que también es capaz de sacar lo mejor del ser humano como es la capacidad de superarse siempre.
Me encantó verte y poder saludarte aquella tarde en Málaga, Dorotea. Y como ya te comenté, me ratificó en aquella idea de que los jueveros estamos en todos lados y podemos aparecer en cualquier momento para dar un fuerte abrazo de bienvenida.
Muchas gracias por participar y un abrazo
Más allá del relato, lo considero un documento de primera mano.
ResponderEliminarEnhorabuena por esa madre que has tenido.
Tus recuerdos, tu madre y su lucha por la normalidad en su dia a dia, un tesoro que has compartido con nosotros. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarMe alaga pensar que algún día mis hijas puedan recordarme así. Un bello relato.
ResponderEliminarMe alaga pensar que algún día mis hijas puedan recordarme así. Un bello relato.
ResponderEliminarRelato a relato y de blog en blog me voy enterando de muchas cosas, admirable la fortaleza de las personas, como tu madre, para llevar una enfermedad con alegria y sin quejas que no conducen a nada. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso relato y tierno...me ha emocionado el modo en que retratas la forma en qué vivió tu madre con una normalidad y una alegría preciosas...probablemente porque es lo que ella os transmitio...
ResponderEliminarbuen relato...me ha gustado mucho
un besote!
Tu relato me ha emocionado, saber de primera mano como se vivió esa enfermedad, como se veían las ganas de seguir, de luchar, los esfuerzos por tener una vida normal a pesar de todo... Es admirable lo que cuentas de tu madre y se lee el cariño y el amor entre tus letras...
ResponderEliminarEl tema de este jueves es sin duda una enseñanza para todos, saber que a pesar de las adversidades no se pierden las ganas de dar batalla...
Precioso relato, me ha encantado...
Besinos... y me quedo por aquí!!
Me encanta ese testimonio, y me causa admiración...
ResponderEliminarMuchos besos
Me encanta ese testimonio, y me causa admiración...
ResponderEliminarMuchos besos
El recuerdo y ejemplo de tu valerosa madre te acompañará de por vida... enternecedora historia que agradezco nos hayas compartido, Dorotea. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarCada palabra transmite ese profundo amor y esa enorme fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Bonito homenaje el que le has hecho a tu madre. Seguro que fue una gran luchadora.
ResponderEliminarUn beso
Un texto emotivo, porque es vivencial y te ha tocado de cerca. Admiro a todas las personas que pudieron superarse a pesar de las dificultades que les trajo esta cruel enfermedad.
ResponderEliminarUn homenaje sentido y bien narrado que llega al alma.
Un abrazo enorme.
Un emotivo relato y un bonito homenaje a tu madre, Dorotea. Qué pena que nadie nos presentó en Málaga, y si fue así, con los nervios del día, no te recuerdo. Me hubiese encantado conocerte en persona y haber tenido la ocasión de hablar contigo.
ResponderEliminarTe felicito por el relato y agradezco que compartas parte de tus sentimientos con nosotros.
Un beso grande
No hay nada como darse cuenta de las cosas...y valorar las cosas en su justa medida...ese sobreesfuerzo hasta en las más mínimas cosas...y el recuerdo dulce que os dejó su amor...
ResponderEliminarUn texto emocionante
No hay nada como darse cuenta de las cosas...y valorar las cosas en su justa medida...ese sobreesfuerzo hasta en las más mínimas cosas...y el recuerdo dulce que os dejó su amor...
ResponderEliminarUn texto emocionante
Siempre es una lección de vida. Asumción y entereza para que pasee a tu lado y que sólo moleste lo justo. Supongo que hay que vivirlo. Tú, al menos me lo has contado.
ResponderEliminarBesos