lunes, 24 de mayo de 2010

LA CUOTA


Ya antes de incorporarse a su empleo, Nuria suponía que la iban a discriminar, y no se equivocó. A pesar de ser bibliotecaria titulada, la destinaron al sótano de los libros dados de baja por diversas razones.
Aun así, el trabajo en ese departamento subterráneo no la disgustaba: la algarabía de los libros de las plantas superiores llegaba amortiguada por los gruesos muros, y los ejemplares retirados del catálogo ya no armaban tanto jaleo. Pronto hizo amistad con novelas maltratadas por los equipos electrónicos de lectura; escuchaba pacientemente a enciclopedias que no habían sido consultadas en más de cincuenta años y que soltaban su información desfasada en monólogos susurrados porque les quedaba poca voz; e igual procedía con los libros de texto jubilados por acontecimientos económicos y políticos, pero que no se conformaban con cerrar sus tapas y callar.
En la hora del descanso, se solía reunir con Carolina, que igual que ella había conseguido su puesto a través de la cuota obligatoria para personas multicapacitadas, cada vez más numerosas a partir del año quinientos después del Desastre: Nuria tenía sentido de oído y Carolina podía ver.

5 comentarios:

  1. leches en vinagreeeee¡¡¡
    el tema del jueves es un viaje temp0ral...
    cabas de escribir una belleza fuera del tiemp00000
    medi0 bes0

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  2. Sin aliento me dejas. Hay más después de esto? Por favor¡¡¡

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  3. Asi nos veremos en equis tiempo !

    Saludos desde Málaga.

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  4. uyyy qué futuro más desconcertante! jejejeeje...esperemos que quede en la fantasía!

    Un abrazo.

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  5. Es curioso, cuando se viaja, sea automóvil o tren, si miramos un tiempo hacia atrás(si es través del espejo retrovisor, la sensación es aún mayor), después cuesta adaptase al que viene de frente. Pues, algo parecido me ocurrió al leer este "La cuota".

    No sé, me parece muy difícil intuir el futuro; pero creo que los cambios se producirán más en los alrededores de las personas, que en éstas. Hoy por hoy, nos resulta más fácil intervenir en el entorno que adaptarnos a él.

    Bikiños

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