Absurdo maridaje entre una tapa de plástico y una hoja de arce: juegan, se persiguen; la tapa rueda, la hoja aletea; se alcanzan, se adelantan. Juntas cruzan una calle. Al otro lado, el engañoso espejo de un charco atrapa la hoja que se queda acariciando su propio reflejo; la tapa continúa cuesta abajo. Fin de un romance; comienzo de otro.
II.
Un mirlo canta.
Hospital en la nieve:
No llores, consuela.
III.
Días en blanco,
horas de luz y noche,
ayeres perdidos:
solo hoy es.
Ya echaba de menos estos textos tuyos que son una delicia.
ResponderEliminarBienvenida, guapa.
Besos.
Lo bueno si breve dos veces bueno.
ResponderEliminarUn buen microrrelato para los que no creen en su existencia.
Un beso.
Me alegro de volver a verte por aquí,
ResponderEliminarUn beso
Me alegro también mucho de volver a "verte" por aquí y encontrar novedades en tu blog.
ResponderEliminarUn cálido abrazo,
Ramón
Menos mal que apareces Dorotea, ya me estaba preocupando. Gracias por regalarnos estas pequeñas joyas.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a todos por este recibimiento. La verdad es que he escrito poquito, ni tuve tiempo para leer todo lo vuestro, pero me pondré al día (aunque sea por las noches...).
ResponderEliminarUn abrazo a todos,
FELICES FIESTAS, amiga. Espero que disfrutes de estos días y sientas el calorcito que te mereces. Ha sido un buen año. Esperemos que el próximo siga la racha y la supere.
ResponderEliminarMuchos besos, Dorotea.
Aquí me tienes para lo que necesites, ya lo sabes.
Hola Dorotea y gracias por visitar mi página y ponerme unas letras.
ResponderEliminarMe ha gustado tu blog.
Besos
www.santiagoiglesiasdepaul.es.kz