Venus de Willendorf (Paleolítico Superior, 24.000 a 22.000 a.C.)
¿Madre no hay más que una? Pero, señores, si estamos rodeados de madres aparte de la santa que nos llevó en su vientre...
Empecemos por la madre tierra, Gea o Gaia, la madre de todo. Ella siempre nos ha parecido la alma máter, la madre nutricia en todos los sentidos, pero recientemente esta madre naturaleza nos castiga -cada vez más- a latigazos con huracanes como "Catarina" o "Irma", sequías e inundaciones, y algún que otro terremoto. ¿Será un destete o se habrá cansado definitivamente de aguantarnos?
Nuestro enmadramiento no acaba ahí, ni mucho menos. El alimento más básico -el pan- requiere masa madre para su fermentación y no hay ordenador que funcione sin placa madre.
Y vamos de extremo a extremo: igual que debido a la literatura cristiana la madre de Dios es símbolo de bondad y dulzura, a pesar de lo cual hay quien no duda en abusar de su nombre con intención de insulto, todos conocemos los cuentos de hada cuya retahila de madrastras desde la de Blancanieves hasta la de Cenicienta nos dejan con mal sabor de boca a manzana envenenada.
Sin embargo, y me estoy metiendo en el terreno político-emocional, la más peligrosa es la Madre Patria, así con mayúscula, un nefasto concepto que sigue mandando a sus hijos no a la escuela, como hacemos las madres de a pie, sino a la guerra. Arropada por la bandera del color que sea, exige a los que hayan nacido varones -y últimamente también a las hembras- que luchen, conquisten, maten y mueran... mientras ella se atrinchera entre ministerios y criptas, llorando con lágrimas de cocodrilo las estadísticas de los caídos y legalizando castigos ejemplares contra los que tengan la lucidez de declararse pacifistas.
¡Cuidado con esas madres, que hay amores que matan!
Muy original tu relato y un final muy de acuerdo con los tiempos que corren y que hay que tener en cuenta.
ResponderEliminarMe quedo con las madres convencionales como la mía. Abrazos
ResponderEliminarUn relato de lo más completo a las madres y bien llevado..pero me quedo con la madre que nos parió o nos crió ambas igual de válidas .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas madres diferentes en muchos ámbitos. Le has dado una vuelta de tuerca al tema.
ResponderEliminarUn saludo.
Te has salido de lo esperado. Muy original.
ResponderEliminarBesos.
Muchas madres y bien distintas, me gustó Dorotea le has dado otra visión más amplia al tema propuesto.
ResponderEliminarBesos.
Muy bueno el paseo que has dado con las diferentes madres, ademas de muy original. Besos.
ResponderEliminarCoincido en eso de defenestrar el concepto de Madre patria... peligrosa manera de encarar la realidad a partir de la división de razas y fronteras.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho tu relato, Dorotea, y ojalá acabar con esas Madres Patrias; ¡no con las culturas, por supuesto! pero sí con todas esas guerras por conquistar pedazos de tierra.
ResponderEliminarTambién me ha sacado una sonrisa lo de Madre Tierra... me recordó a una canción de Macaco, que sin duda recomiendo ;)
¡Besos!
Coincidimos en algo
ResponderEliminarVamos, que es duro y muy bueno
Un beso