CRISIS ECONOMICUS TARDIDESCUBIERTUS
Érase una vez un invernadero abandonado en el cual nadie regaba las macetas ni eliminaba las malas hierbas. Muchos proyectos de planta se atrofiaban y se iban extinguiendo lentamente; otros malvivían en las estanterías más bajas sin poder desarrollarse. Y en los alrededores del invernadero -que había visto tiempos mejores- también se producían cambios y empeoramientos. El día y la noche jugaban al escondite, la primavera se fundía con el verano y este con el otoño y cuando llegaban las lluvias del invierno, les faltaban fuerzas o caían con granizos y ventoleras repentinas. En una de esas tempestades de agua y aire, se rompieron algunos de los ventanales del techo del invernadero y las macetas del estante superior tuvieron un riego repentino y estimulante. Brotaron sus semillas y las plantezuelas aumentaron de tamaño como si fueran bambúes... sin embargo no lo eran, sino que en los rótulos de sus tiestos se habían anotado distintos nombres que tenían algo en común: todos empezaban por 'crisis'. Transcurría el tiempo cronológico -que, si bien algo acelerado, se mantenía más o menos dentro de los parámetros conocidos- y las crisis ya tenían tallos endurecidos y echaban flores seductoras y de fuertes perfumes que duraban poco y se marchitaban en seguida. De modo que todas seguían creciendo, pero ninguna como la del tiesto que estaba en medio del estante. "Crisis Economicus tardidescubiertus" ponía en la pegatina que diferenciaba su macetero de los demás. Lloviera o nevara, hiciera sol o viento, esta planta crecía y crecía. Su floración era insignificante, las hojas ni verdes ni amarillas; protegía sus ramas y astillas con largas púas, y su olor se notaba desde lejos. Ha llegado a romper el techo (del invernadero) extendiéndose con avidez hacia las plantas del exterior y últimamente sus tentáculos atacan incluso a árboles centenarios del entorno...
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Da miedo esa planta, como la crisis,que crece y crece sin que nadie lo pueda evitar. Muy buena metáfora.
ResponderEliminarUn abrazo
Una comparación que lo dice todo.
ResponderEliminarPensábamos ilusos que estábamos en el paraiso cuando en realidad era la antesala del infierno. Esa crisis tardiamente descubierta, que se encontraba soterrada y que amenaza con asolarlo todo, tiene tal raigambre que va a ser difícil destruirla, sobre todo con jardineros tan ineptos como los que cuidan este invernadero.
ResponderEliminarGracias por tu participación.
Un fuerte abrazo.
Toda una metáfora, Dorotea! ...con púas y sin flores ni frutos duraderos, la crisis estructural corroe y se expande a todo lo que con ella se contamina.
ResponderEliminarMuy buen aporte
=)
Mientras los jardineros estén entretenidos en contar sus ganancias, hacer mas confortables sus poltronas y buscar nuevos consejos de administración (administra, que algo queda), la planta seguirá creciendo y el olor será más nauseabundo.
ResponderEliminarUna bella metáfora.
Un abrazo.
¡Vaya con el ejemplar de Crisis!, en qué estaría pensando Linneo cuando la nombró. Me pregunto cómo la llamarían los humanos que la conocieron hace miles y miles de años. Tal vez la usaran para envenenar sus flechas o como remedio contra alguna enfermedad.
ResponderEliminarTengo que felicitarte particularmente, pues soy jardinero, por tu relato tan metafórico e ilustrativo.
Recibe un abrazo
Siempre original tus planteos, hoy nos deja frente a ese Paraíso perdido, desolados ante la invasión de la mala hierba.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
jA! Muy buena alegoría, y filosa, que nos pone de cara a los riesgos de la crisis social.
ResponderEliminarBesos
Muy ingeniosa tu aportación. La alegoría entre la malahierba y la crísis se siñe a la económica, pero puede ser válida.
ResponderEliminarSaludos.
Realmente. Todos confiados en que las plantas brotarían solas y ha sido esa Criusis Economicus Tardidescubiertus, (la veo carnívora y voraz) la que ha brotado con fuerza arrolladora.
ResponderEliminarBesos.