HEIDI 13
Mientras Heidi tuvo a su primera hija, el
abuelo y la Srta. Rothenmeyer contrajeron matrimonio en Las Vegas. El novio
llevaba un atuendo de Elvis Presley y ella se había disfrazado de monja lo cual
le sentaba tan bien que el sacerdote de la Quinta Iglesia a la Derecha de Dios
dudó un buen rato si debía o no unir a esa pareja. Finalmente lo hizo y con la
canción de Heidi, esquilas de cabras y ecos de montaña retumbando por los
altavoces, los esposos salieron por una puerta-tobogán que les llevó directamente
al casino.
Unos días más tarde,
allá en las altas montañas de Suiza, Heidi daba el pecho a la recién nacida,
concebida por inseminación artificial, y sonreía con complicidad a su pareja de
hecho, Clara. En la pradera jugaban dos bisnietos de Niebla, el mítico San
Bernardo de la juventud de Heidi, mientras el eterno perdedor, Pedro, en uniforme de mayordomo,
servía el té de las cinco.
Los cachorros ladraron
y salieron asustados cuando un helicóptero se posó en el prado al lado del
chalet. El abuelo -vestido con un traje tirolés made in EEUU- se bajó
sacudiendo el puño en dirección al vehículo que volvió a emprender el vuelo.
Desde las alturas resonó la risa histérica de la Rothenmeyer al fugarse con
el piloto y los fondos de la banca del casino que habían reventado. El
abuelo besó a Heidi y a la niña, echó una larga mirada a Clara y se fue montaña
arriba hacia su cabaña sin saber que Heidi la había vendido a una cadena
hotelera para costearse el tratamiento de fertilidad. A través del
circuito cerrado de TV Heidi, Clara y Pedro observaron atónitos como el viejo
echó a patadas a los turistas, al recepcionista y al animador que -abrazado a
una cabra de peluche- estaba entonando el himno de los Alpes.
En el telediario de
las 8 hablaron de noticias confusas que iban desde la aparición del mítico yeti
hasta un terremoto de 5.3 puntos de la escala de Richter. El episodio 846 de la
serie de dibujos animados de 'Heidi 13' acabó con un adelanto de escenas no
aptas para el público infantil, centradas en las aventuras de la
Rothenmeyer y el piloto del helicóptero que tuvieron que aterrizar de emergencia
en la jungla amazónica por no estar atentos a los mandos del aparato volador...
Para cambiar de canal, pulsen aquí
¡Qué risa!, no me puedo imaginar a Heidi con barriga y menos al matrimonio que has fraguado con el abuelo,jajajajaja.
ResponderEliminarDoro, mira por dónde, siempre pensé que las cosas irían por ahí, esas miraditas de Clara a Heidi, y viceversa, el Pedro de mayordomo y el abuelo, jejeje, el más pillo.
ResponderEliminarAplauso clamoroso, has reconvertido la melaza en droga dura como la vida misma. No apto para infantes, apta para irónicas y sardónicos diabéticos, no afectos al azucar ni de lejos. Más ovación y besitoooooooooo.
Como guionista de serie de dibujos animados, vales un potosí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena continuación de la historia.
ResponderEliminarUn beso.
Podría haber pasado así; pero hubiera perdido su glamour. Lo del abuelo y la señorita Rothenmeyer era un imposible.
ResponderEliminarUn abrazo
¡disparatada y divertida tu historia! "pensar que yo soñaba con una Heidi tan tierna y diferente"- ¡Saludos y respetos Dorotea!!!
ResponderEliminarCaramba, vaya continuación de la historia. La llegada del abuelo a su cabaña es una escena memorable, jaja, dentro de un relato que merece mucho la pena.
ResponderEliminarBesos.
Ja ja ja! Me ha encantado, quién lo iba a decir! La verdad es que esta historia es más real y más divertida, bueno menos lo de la Rothenmeyer con el piloto que no me lo creo mucho ja,ja. Está genial.
ResponderEliminarUn beso
Y yo pensaba que Heidi y Pedro se casarían y Clara sería la tía solterona de los niños. Qué poca imaginación la mía!. Quién iba a pensar en este culebrón tan retorcido. Tú que lo has hecho requetebien.
ResponderEliminarbesos.
Jajajajaja!!! Muy divertido, has desmitificado el dicho "Es mas buena que Heidi" porque aparentemente se las traía. Muy buen relato.
ResponderEliminarBesos, Jime
Jajajajajaja... xD
ResponderEliminarMenuda historia te has montado con Heidi & company. :D
Besos, Doro, y muchas gracias por las risas.
Has conseguido adaptar perfectamente la serie, del empalago original a la mas rabiosa actualidad.Si Heidi quisiera tener éxito hoy, tendría que recorrer el camino que tu le has marcado o alguno similar.
ResponderEliminarMe he divertido horrores.
Un abrazo.
Menos mal que dejé de verla a los 10 años, hoy no soportaría tanta "canallesca"
ResponderEliminarNo la habrás confundido con Dallas o Dinastía...?
Ingenioso y divertido.
Besos
Genial, un cuento que traía su cuento guardado! Pero en estas épocas, todo es posible! Te has pasado, me has hecho divertir con las insospechadas andanzas de cada personaje!
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
Me ha sentado bien el te de las cinco mientras me reia a gusto con tu disparatada historia. geniallllllll.
ResponderEliminarUn beso
¡Menuda imaginación la tuya! Eso si, me he quedado un poco traumatizada de imaginarme a los personajes de esa guisa. Me quedo con la serie tal cual era antes. Un beso.
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