Con mi madre
Hoy he bailado con mi madre. Ella estaba
sentada en el banco de piedra junto a la fuente de su jardín; empujé la verja y
entré acompañada de unos retazos de música. No tuve que decirle nada: extendí
la mano y sentí el roce de sus dedos frescos y suaves, no delicados sino finos
y siempre dispuestos a la caricia.
Al son de la melodía y más allá, dimos unos
giros acompasados y nos mecimos hacia un lado y otro. La música –como
casi todo– dejó de tener importancia. Alegres por estar juntas, nos entregamos
a un vaivén de ilusión y amor. Ahora sé que lo que nos distancia solo existe
mientras yo siga pensándolo.
Mi madre se sonrió con mis labios mientras
sentí la luminosidad de los nacimientos y reencuentros. Lloré sin notarlo y sin
nada que lamentar. Solté su mano a voluntad y abrí los ojos. Me sigue
acompañando; nunca dejará de hacerlo.
El 2 de enero de 2013 hizo
14 años desde la muerte de mi madre.
Más Segundos de Eternidad en el blog de Cecy...
Bello, maravilloso relato y la verdad es que... te entiendo... yo he pasado por lo mismo tras la muerte de mi abuela ya casi 5 años, ella me crió era mi segunda madre
ResponderEliminarLa gente a la realmente queremos, jamás no deja, su recuerdo, sus palabras, sus olores, nos acompañan siempre. Muy tierno.
ResponderEliminarEmotivo relato y que bien que tu has encontrado un lugar para compartir con ella, un instante, un lugar, una música que te lleva a su sonrisa y a su caricia. Somos herederos de infinitos momentos de enseñanzas, y nunca dejan de ser guía. ¿que hubiera hecho mi madre en tal situación? Y creo que ya hace tiempo te ha dado la respuesta.
ResponderEliminarGracias Dorotea, por acompañar estos segundos eternos, emotivos que guardaremos en nuestro corazón.
Un abrazo :)
Real, eres afortunada por sentir así. Bss.
ResponderEliminarMuy emotivo tu relato, sentido y bello. La manera de prolongar instancias, de acercar a quien no está y de hacer de la ausencia una permanencia desde el agradecimiento y el amor. Ese danzar unidas, hace que la eternidad tenga música propia.
ResponderEliminarUn beso al vuelo!
Gaby*
Siempre estará contigo, no lo dudes, y es bueno recordarlo así en tan bellos momentos.
ResponderEliminarhas expresado muy bien tus sentimientos.
Un abrazo
Nunca dejan de acompañarnos mientras vivan en nuestro corazón, en nuestro pensamiento.
ResponderEliminarEmotivo, mucho.
Un abrazo.
Mientras una sola de nuestras neuronas recuerden a aquellos que ya se marcharon, segundos como el que describes siempre sucederán, porque es la forma de que permanezcan en nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bello segundo...bailar con tu madre...Sentirla cerca...cuando amamos el tiempo deja de existir.
ResponderEliminarBesos amiga.
Un recuerdo, un sueño, una imagen evocadora. Momentos en los que se eternizan las sensaciones.
ResponderEliminarUn beso
Conmovedor recuerdo de los que te dejan sin resuello. felicidades. Un beso
ResponderEliminarEs así... tal cual...
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Muy bueno, realmente un recuerdo precioso que quedara por siempre en nuestra memoria, ese y muchos mas, porque madre hay una sola y siempre estará con nosotros.
ResponderEliminarBesos
Muy hermoso y sentido relato Dorotea; muchas gracias por compartirlo con nosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo