Acoso
Se pasea impune entre el bullicio del mercado
mirando con descaro escotes y entrepiernas. Sus manos están entrelazadas a la
espalda, inmóviles a primera vista; sin embargo sus dedos se flexionan con
mínimos movimientos que insinúan las fantasías de su mente. Pura teoría de
cobarde sesentón hasta que me coloco justo detrás de él y me rozo contra sus
nudillos. Cuando le susurro al oído que si se da la vuelta armaré escándalo
diciendo que me ha estado molestando, su cuerpo se endurece y tensa. Por si
acaso le agarro de los codos y así avanzamos entre el gentío del rastro
arrimándome yo cada vez más. Finalmente pretende subir el borde de mi falda. Es
entonces cuando le hago tropezar y mientras se levanta aturdido, ya me he
quitado el pañuelo y las gafas de sol. A veces incluso le ayudo a incorporarse…
"A veces incluso le ayudo a incorporarse"...y parece que siempre funciona.
ResponderEliminarGenial.
Qué bueno!! y el cobarde sesentón por los suelos una y otra vez...jajaja
ResponderEliminarBesos.
Ahjajajjaja! Lo "marcaba" (como en el fútbol) de cerca, muy bueno! Me hizo mucha gracia la situación que sin embargo tiene un dejo de tristeza. Aunque es un texto que se puede interpretar de varias maneras.
ResponderEliminarLiebe Dorotea! wie geht es? Que bueno reencontrarte!
un gran abrazo
No salió mi comentario, tengo el ordenador agonizando,será eso.
ResponderEliminarNo sé quien acosa a quien, me dejó un regusto amargo ese triunfalismo, pañuelo, roce, gafas, y encima le ayuda a levantarse después de la faena. Ensoñación en dos fases, dos personajes complicados pero muy humanos.
Me alegra muchísimo verte juevera amiga Dorotea, hasta siempre, besito cariñoso.
Cuando dice "a veces", entiendo que han sido varias, parece que le conoce. Estoy de acuerdo con Natália en la amarugura de ese último gesto. Besos
ResponderEliminarBueno, quizás con varias caídas mas, se de cuenta que no siempre se va a levantar. ha, la cobardía seguro que se le fue a los colores.
ResponderEliminarSaludos.
Detesto a esos tipos!...si era yo lo empujaba y nada de ayudarlo!...por más que se trate de un vejete!
ResponderEliminar=(
la fantasia de lo inalcanzable jeje... un buen jueves para este relato! un abrazo!
ResponderEliminarUn intercambio de roles... acosador-acosado! Pues, suena a un juego erótico que se repite como eco. En el mundo de las fantasías todo es sorpresa.
ResponderEliminarUn gusto leerte, besos al vuelo:
Gaby*
Y es que está lleno de estos tipos, de esos que observan desde lejos y elijen sus presas aunque sea para servir en sus fantaseos. Menos mal que aquí hay alguien que se cobra su revancha.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por leerme y comentar lo leído. Perdonadme todos por no responder con lecturas y comentarios pero estoy de viaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con buena estructura me deja un regusto algo amargo, y el aire pulula una pregunta ¿Tal vez se cambian los papeles y el maltratador acaba siendo maltratado?
ResponderEliminarMe gusta la originalidad con la que encaras en tema.
Un abrazo.
Le tenia más que vigilado, conocia cada movimiento, el podia fantasear pero no pasar de ahí. Si es sabor es amargo después de ese final.
ResponderEliminarOtra forma de encarar las fantasias.
Un abrazo.
Si hay algo de juego perverso, quién acosa a quien? Excelente, me dejó dudando el final, de todas formas es ella quien domina en la fantasía
ResponderEliminarY nos encontramos con el cazador cazado. En este caso la presa fue lista y supo zafarse de él. Lástima que existan personas de este tipo, con fantasías poco claras (por decirlo de alguna manera). Un beso.
ResponderEliminarEsta fantasía siempre tiene un fin, cumplirse, no solo se juega con ella en la mente sino que lo que se pretende es exponerse, creo que les da placer el peligro... Me alegra que alguien le dejara caer lo que es... Aunque me surge la duda de que la fantasía pertenezca más a ella, no sé, como una venganza por cumplir.
ResponderEliminarUn beso