viernes, 15 de enero de 2021

A LA VUELTA DE TODO

 


A LA VUELTA DE TODO


Ya antes de incorporarse a su empleo, Nuria suponía que la iban a discriminar, y no se equivocó. A pesar de ser bibliotecaria titulada, la destinaron al sótano de los libros parlantes dados de baja por diversas razones. Sin embargo el trabajo en ese departamento subterráneo no la disgustaba: la algarabía de los libros de las plantas superiores llegaba amortiguada por los gruesos muros, y los ejemplares retirados del catálogo no armaban tanto jaleo.

Pronto hizo amistad con novelas maltratadas por equipos electrónicos de lectura; escuchaba pacientemente a enciclopedias que al no haber  sido consultadas en décadas soltaban su información desfasada en monólogos susurrados porque les quedaba poca voz; e igual procedía con los libros de texto jubilados por acontecimientos económicos y políticos, pero que no se conformaban con cerrar sus tapas y callar.

En su hora de descanso, se solía reunir con Carolina, que igual que ella había conseguido su puesto a través de la cuota obligatoria para personas multicapacitadas, cada vez más numerosas a partir del año quinientos después del Desastre: Nuria tenía sentido de oído y Carolina podía ver.


10 comentarios:

  1. Triste futuro el que nos pintas.

    Saludos.

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  2. Pues sin la lectura, el mundo sería mucho peor, estoy segura.

    La vida sería menos vida. Un abrazo

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  3. El relato está bien construido, con imaginación, creativo pero es triste, especialmente si es un pronostico. Abrazos

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  4. Nos has dejado un futuro incierto, raro y extraño, ojalá no se haga realidad. Que los libros siempre nos acompañen pero no de esa manera y de esas formas.
    Un abrazo y feliz semana.

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  5. Los libros parlantes, es una idea muy buena, muy original ideal para desarrollarla.

    Un abrazo y muchas gracias por esta interesante propuesta

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  6. Bien contado.
    La discriminaron pero consiguió algo que le gustaba.
    Un pantallazo de una distopia.

    Un abrazo.

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  7. Ese final lapidario acomoda las piezas de un intríngulis que nos descoloca al principio, para luego sacudirnos con un alerta, posible pero indeseado. Un abrazo Doro

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  8. Qué pena de libros olvidados y cuando pienso en las bibliotecas que se deshacen de muchos títulos porque nadie los pide en préstamo. Lo que se hace con ellos no quiero ni imaginarlo, pero no se guardan en ningún lugar donde gritan sin que nadie les escuche.

    Siempre libros, por favor.

    Un abrazo

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  9. Me gusta esa idea de la revolución de los libros y su auto lectura al viento.
    Me gustó mucho
    Un placer leerte
    Besos

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  10. Una maravilla de originalidad tu relato.
    No te tengo que decir que me ha encantado y me hubiera gustado seguir leyendo

    Bess

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