miércoles, 20 de enero de 2021

NIEVE, ¿FRÍA O CALIENTE?




NIEVE, ¿FRÍA O CALIENTE?

Durante mi infancia la nieve fue una constante discontinua, llegaba entre noviembre y diciembre y desaparecía en marzo o en abril. Embellecía los árboles desnudos del parque y hacía casi imposible transitar por las calles de Múnich una vez que, congelada, pisoteada y ensuciada, se amontonaba por doquier. Luego se iba derritiendo y aumentaba el caudal de los arroyos y del río Isar para dar paso a la primavera.

A los niños la nieve nos traía grandes diversiones: montábamos en trineo o esquiábamos bajando colinas pequeñas. Los más ágiles -entre los que no me encontraba- tenían botas de patinaje y bailaban en cualquier superficie helada.

Pero lo más sorprendente de la nieve de mis recuerdos es que no podría decir si era fria o caliente... Para salir nos vestían como para una expedición al Polo Norte y aun así el primer impacto del aire en tu cara era más que frío. (frío). Luego reaccionaba el cuerpo al esfuerzo de arrastrar el trineo hasta el tope de la colina y el viento al bajar te acariciaba si bien la bajada siempre fue demasiado corta. Poco a poco empezabas a sudar y el calor iba en aumento, tus mejillas ardían y los más lanzados se quitaban guantes, gorros y bufandas que luego no volvían a aparecer lo cual les ganaba unas galletas y tirones de oreja (caliente). Otros tenían la mala suerte de volcar y el polvo helado se les colaba por la nuca y las mangas. Cuando te parabas te entraban unos escalofríos que subían por la espalda y eso que todavía no te habia acribillado el hijo del vecino con bolas de nieve semicongeladas, mientras él se protegía con una caja de madera... (frío). Goteando aguanieve por los cuatro costados subíamos a casa donde nos esperaban con la bañera llena de agua calentita y una muda completa, pijama y a veces un chocolate a la taza (caliente)

Fue todo un festín para los sentidos y todavía no os he contado lo de los paseos navideños por el bosque nevado donde la vibración de tus pasos hacía caerse de las ramas un finísimo polvo blanco como si te encontraras dentro de un gigantesco globo de nieve.

Así viví hace sesenta años la nieve en Múnich, Alemania. Las fotos son de la época... 😉 o sea, mías.


Sigan disfrutando de la nieve en el blog de Inma.






12 comentarios:

  1. Dorotea esa niña es para comersela enterita ÑññÑñaaaa. Y me has hecho recordar mis primeros 5 años en mi pueblo natal recuerdo vagamente algún invierno con nieve y jugar con mis hermanos pero nada que ver con lo vivido días atrás en mi residencia de getafe ha sido un desastre, las primera seis horas muy lindas pero después toda una odisea. Todo es su justa medida. Me ha gustado ver lo feliz que eras conjugando con la nieve es todo un lujo. Besos.

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  2. Muy lindas las historias y la foto es un primor, una niña achuchable. Abrazos

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  3. Qué preciosa imagen, con esa nieve fuera o sintieras caliente o fría. Es verdad, a ratos se nota caliente.

    Un abrazo

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  4. Entrañables recuerdos! Gracias por compartirlos Foro 😉. Un fuerte abrazo

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  5. Me has hecho pensar y desde luego llevas razón no se sabe si te quema por frío o por calor.
    Las fotos me encantan , estás monísima.
    Un besazo.

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  6. Eras una niña guapísima!! Y me parece muy tierno que compartas tus recuerdos. Gracias por sumarte. Besos.

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  7. ¡Qué preciosos recuerdos! Me has hecho vivir momentos que ya hubiera querido para mi infancia...
    Eras un pomponcito lindo de niña!

    Un abrazo :)

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  8. ¡Qué amorosa te ves!
    ¡Qué recuerdos tan tiernos!
    Yo viví en Estocolmo muchos años (mi hija nació allá),
    así que tenía familia y trabajaba. Recuerdo inviernos
    de hasta 20 grados centígrados bajo 0. Y sí, tengo muchas anécdotas.
    Pero a decir verdad, prefiero ver la nieve en fotos. A Suecia voy
    de visita en primavera o verano. Bueno, Iba, antes de la pandemia.

    Besos

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  9. Cuántos recuerdos nos trae la nieve.

    Besos.

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  10. Tus historias personales siempre tienen magia. La niña, osea tú, preciosa no. Lo siguiente.
    Ahí en Alemania, supuestamente, nieva más, o, al menos, eso pareciera.
    Un beso muy grande, Dorotea.

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  11. Qué recuerdos más hermosos.
    Me alegra que seas poseedora ellos
    Saludos cariñosos.

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  12. Hola Doro! Te recuerdo que esperamos tu propuesta para el próximo jueves 😉

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