CON MI MADRE
Hoy he bailado con mi madre. La vi sentada en el banco de piedra de su jardín y guiada por unos retazos de música, empujé la verja y entré. No tuve que decirle nada; extendí la mano y al cabo de tantos años volví a sentir el roce de sus dedos frescos y suaves, no delicados sino firmes y siempre dispuestos a la caricia.
Al son de la melodía y más allá, dimos unos giros acompasados y nos mecimos hacia un lado y hacia el otro. La música -como todo lo demás- dejó de tener importancia. Profundamente alegres por estar juntas de nuevo, nos entregamos a un vaivén de ilusión y amor. Ahora sé que lo que nos separa solo existe mientras yo siga pensándolo.
Mi madre sonrio con mis labios y yo sentí la luminosidad de los nacimientos y reencuentros. Lloré sin notarlo y sin nada que lamentar. Solté su mano a voluntad y abrí los ojos. Me sigue acompañando; nunca dejará de hacerlo.
Cuanto amor y cuanta nostalgia!! Y al final la claridad de que los que se fueron siempre seguirán viviendo en nuestros corazones. Precioso, besos.
ResponderEliminarDe esos reencuentro y reuniones tengo alguno, no importa llorar. Abrazos
ResponderEliminarQue reencuentros maravillosos, y sabes lo mejor que ellas nos cuidan y no han perdido para nada el humor. Bello tu texto amiga. Besos y feliz noche.
ResponderEliminarUn hermoso y emocionante reencuentro.
ResponderEliminarNo te puedo decir más, sólo abrazarte.
La música puede ser poderosamente evocadora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Envidio esa posibilidad de nítido reencuentro. Un abrazo
ResponderEliminarNunca dejan de hacerlo, hay que estar atentos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uff que belleza, intenso y con una ternura que conmueve, has tocado mi alma, me encanto.
ResponderEliminarUn abrazo Dorotea ten feliz fin de semana
Precioso y emotivo, querida amiga. Ella te acompañará siempre, porque habita en tu ser, siendo parte de tu vida, tu pensamiento y tu corazón...
ResponderEliminarUn verdadero placer este latido que llega al alma…
Abrazo grande, y muy feliz fin de semana 💙
Dorotea! no tienes idea, de qué forma me llega tu relato. Hace muy poco, experimenté algo similar. Nunca sabré si fue un sueño de algo que necesitaba o si existió de verdad, pero volver a sentir el abrazo de mi madre, me hizo despertar empapada de llanto y con una sensación que no me abandona desde entonces: la del encuentro y el abrazo tan necesario pleno de paz y armonía. Gracias por este texto tan especial! Un fuerte abrazo
ResponderEliminarUn reencuentro que es un canto de amor
ResponderEliminary homenaje al ser que te dio la vida. Hermoso.
Besos, Dorotea
Y gracias por anfitrionarnos esta vez.
ResponderEliminarUna preciosa aportación, de una ternura imposible de dejar de ver.
ResponderEliminarEllas, siempre ahí, dentro de nosotras. Un abrazo
Gran sentimiento puesto en este relato, emotivo y bien estructurado.
ResponderEliminarUn saludo