La hora 'D'
Los tres estamos sentados en la terraza tomando el sol con los antebrazos y pantorillas al descubierto para que la factoría corporal convierta la luz solar en vitamina D y refuerce nuestras defensas.
Entre los tres nos aproximamos a los 200 años y la belleza cutánea de la piel desnuda no es digna de mención. Al principio cruzamos comentarios puntiagudos y unas cuantas respuestas ingeniosas pero poco a poco nos callamos y acabamos mirando hacia abajo.
El sol entra por el lado derecho donde vemos el mar impasible ante nuestras cuitas. No hay apenas movimiento en los pasillos del recinto de la comunidad y de pronto se nos ocurre un juego:
-Cada mujer que pase es un punto para mí, -dice mi hermana y se limpia las gafas.
-Cada hombre cuenta para mí. Con esto, mi cuñado se pone de pie junto a la barandilla.
No me queda otra que contar los animales.
-De cuatro patas, -me dice el matrimonio al unísono y de común acuerdo como pocas veces- las aves no cuentan.
¡Toma! Sí que había pensado en las gaviotas y los loros verdes. Ni eso. Pero aparecen dos gatos que cruzan con elegancia por el portal de enfrente y levanto dos dedos en señal de triunfo.
Al segundo, vemos a una chica que empuja un carrito de bebé.
-2 puntos, -dice mi hermana- es una niña porque la mantita es rosa.
Y así seguimos: el cartero, 1 punto para mi cuñado; la viejecita del otro bloque que saca a su obeso perro salchicha; el holandés del 3° que casi nunca sale; luego nadie durante cuatro minutos.
Vamos a por mantas para taparnos porque el sol ya no alcanza la terraza. Yo me traigo un bloc para apuntar.
¿No hay animales en esta puñetera comunidad? Solo he contado 5 gatos y 4 perros. ¡Qué poco amor hay por las mascotas!
Las mujeres van regresando de sus compras y arrastran carritos; los hombres hacen el paripé con un periódico en la mano.
Cuando mi hermana ya está cantando victoria, comienza el desfile masculino para bajar la basura y alguien saca dos chihuahuas senior con incontinencia renal...
Se levanta viento y hace frío. Llevamos horas contabilizando el confinamiento de esta comunidad ejemplar.
Damos por terminada la competición:
Mi hermana gana con 18 mujeres,
mi cuñado se apuntó 14 hombres
y yo, la última de la fila, llevo 11 mascotas. Creo que he perdido por una gata en celo que chillaba en el patio de al lado y acaparó la atención de los otros gatos.
Hasta las gaviotas se han reído de mí.
A seguir respirando aire fresco en la ventana de Inma
Has resuelto la propuesta con soltura y originalidad, me ha encantado porque ademas de cumplir con la iniciativa nos dejas una idea para pasar el tiempo de espera. Abrazos
ResponderEliminarjejee hace bien tomar las cosas con humor y esos juegos ayudan a ir llevando la cuarentena... pero lo más importante es la buena compañía y por suerte la tienes. Un abrazo
ResponderEliminarPero que buen ejercicio de atención, y contaje de los paseantes. Me ha encantado el entretenimiento, sea ficticio o real.
ResponderEliminarMuy bueno, y es quelas vida sigue. Feliz día, y que ganen las mascotas esta vez, las de cuatro patas :-)
Originalisima manera de resolver la entrada de los jueves y la de hacer pasar el rato en estos aburridos días.
ResponderEliminarBesos.
Me has hecho reír, Dorotea, con tu sentido del humor.
ResponderEliminarY no está mal el juego para pasar el rato y reírse un poco.
Besos y ánimo.
Gracias amiga , me gusto leerte , nos has dejado una muestra que si se quiere uno en casa y mirando a través de la ventana se lo pasa una pipa ajajja .Un fuerte abrazo y a seguir con ese buen sentido del humor .
ResponderEliminarMe encantó! Eso es saber pasar por las dificultades siempre poniendo un poco de humor, buscar como entretener los pensamientos para que el tiempo no nos abrume. El juego es genial y en cuánto tenga una oportunidad lo pongo en práctica.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Anda qué... aich! Bueno, otro día irá mejor. Aquí a las 8 los hombres sacan a los perros. Ahora empiezo a conocerlos. No sabía que ellos tenían perro ni los perros, dueño :-):-) hay un perro que no le gustan los aplausos y las sirenas. Normal, pero es que antes no salía de casa y ahora no entra :-) La vida del revés.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato :-) La verdad es que el dicho dice que cuando el demonio no sabe que hacer, con el culo caza moscas. A este paso, nos van a faltar moscas :-) a no ser que también se rían de nosotros.
Un besazo :-) y nos cuidamos.
Que no falte el toque de buen humor en estos ratos en los que nos asomamos por las ventanas y a la vez un poco de distracción.
ResponderEliminarBesos.
Quizás juegue yo también a eso, es muy divertido.
ResponderEliminarMañana empiezo, gracias por enseñármelo.
Besos
Interesante competición, para jugar en un balcón.
ResponderEliminarUn abrazo.
No veas lo bien que me lo he pasado leyendote, tomare nota del jueguecito porque a veces no se sabe como matar el tiempo...Besos.
ResponderEliminar¡Me encantó, Dorotea! La hora D *__* Ojalá tener tan cerquita el mar y poder respirar el ambiente salino, uf, qué suerte tienes. También me pasaría el día en la terraza jajaja
ResponderEliminarUn besazo