EN LA MESA DE AL LADO
-¡Ni el sofá del salón ni el perro! Aunque pensándolo mejor, el perro, sí, que llora mucho, casi como tú...
-Contención, Carlos, que estamos teniendo un encuentro para buscar soluciones amistosas.
-Pues faltan algunos amigos de ella, muy amigos, diría yo -gruñó el otro.
La mujer se sonó y dijo: -El sofá es para tu hijo, sabes que se pasa la tarde sentado con el portátil, o a lo mejor no lo sabes porque nunca estás en casa.
-Trabajando a todas horas para que no os falte de nada.
Ninguno prestaba atención al ¿abogado? quien formando con las manos una "T" pedía tiempo en off. Acto seguido la mujer cogió el bolso y se fue al aseo del restaurante.
-Carlos, así no avanzamos.
El jovencísimo abogado sacó un cigarrillo electrónico y lo chupó con nerviosismo.
Carlos cogió su móvil que estaba sonando, se levantó y empezó a hablar mientras se alejaba.
El abogado llamó al camarero: -¿Hay menú?
Ante la respuesta afirmativa
pidió tres platos del día.
La mujer volvió, se sentó y le dijo: -Rodri, ¿no querrás que te paguemos la comida?
-No, Ana, no, solo lo que os toque por la cuota de abogado de oficio.
Carlos regresaba sin prisas mientras Ana y Rodri esperaban en silencio.
-Dame la lista de los muebles que quieres quedarte.
Miró la hoja y ante el asombro de los dos, se echó a reir y rompió el papel en trocitos que lanzó al aire.
-¡Carlos! -se escandalizó el abogado.
-Tengo copia, -escupió Ana.
-Te puedes quedar todo, pero me llevo la cama.
-¿¿La cama?? Pero...
-Para que no te revuelques en ella con tus amantes, puta, que eres una puta. Me acaban de llamar y me lo han confirmado.
Con eso, Carlos se levantó y se marchó corriendo.
Ana sacó del bolso una copia de la lista
y se la dio al abogado. Sin decir nada más, se fue calle para arriba.
El camarero trajo tres platos de potaje que el abogado pagó y se comió, uno tras otro.
En el aparcamiento, Carlos y Ana estaban besándose en el coche al lado del mío. Quizás la cosa fue a más, pero arranqué enseguida, no sin antes escuchar como ella decía:
-¿Has visto su cara? ¿Y como fumaba? ¡¡Se lo ha creído todo!!
dfb feb19
Vaya par de bromistas que salieron la pareja. Pobre abogado, qué inicio, y qué hartón de comer que se dio.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde.
Se va acordar de ellos por lo menos mientras le dure el empacho, una historia para sonreir. Abrazos
ResponderEliminarDesde luego si que se va acorar o bien por el atracón de los tres platos que se zampo o por la burla de la parejita feliz jajajaja.
ResponderEliminarUn buen texto .
Un abrazo Dorotea.
Me has hecho reír
ResponderEliminarPero qué bueno!! 😂 Me has hecho reír, y, además, me ha sorprendido tan genial e inesperado final.
ResponderEliminarUn placer, querida amiga!! 👏
Bsoss, y feliz tarde 😘
¡Vaya tela con estos dos! Y el abogado, un pringadillo que se ha tragado el anzuelo hasta el gaznate :D
ResponderEliminarBss.
¡Pobre!, de tan nervioso que lo han dejado, se ha comido todo, muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Pobrecillo.... ese rompe con todas las teorias sobre abogados y los otros dos unos gamberretes. Buenisimo!!! Besos.
ResponderEliminarDe que los hay, los hay
ResponderEliminarBesito
Par de bichos.....Ojalá no les suceda como en el cuento del niño que gritaba que venía el lobo y era mentira...
ResponderEliminarEste relato ha quedado muy chevere...
Besirelatos....
Vaya broma más pesada, la verdad. Pero vamos, igual de la risa la llanto hay menos de lo que canta un gallo y sus risas son preludio de la gran tragedia... Y cuando les pase la minuta el abogado... ya veremos jajajajaj quién se ríe de quién ;.)
ResponderEliminar¡Me han puesto nerviosa! :-)
Un beso muy grande.
Que indecisión, ¿me adhiero al abogado, que reveló no ser muy experto o me río con la broma que le hicieron? Bien planteado.
ResponderEliminarUn abrazo.
muy bueno.
ResponderEliminarhttps://erremixx.blogspot.com/