Lazos de acá, raíces de allá, en medio el intento de fijar con palabras, pinturas y arcilla, impresiones y momentos para recordar y compartir.
jueves, 7 de junio de 2018
CUADROS Y COLORES
CUADROS Y COLORES
Aquel mes en París fue inolvidable por muchas razones, entre ellas, el Museo d'Orsay. Afuera estaba nevando mientras paseamos por sus salas llenas de gente.
Delante del retrato del Dr. Gachet (Van Gogh) sollozaba una señora japonesa.
-Debe estar loca, -sentenció mi hijo de 25 años. -¿Quién llora por un cuadro?
El buen ambiente familiar que hasta ese instante habíamos disfrutado entró en crisis cuando con ojos anegados por tantos cuadros imprescindibles le
confesé con voz algo temblorosa:
-No había percibido el color naranja hasta que vi en una biografía de Paul Cezanne reproducciones de sus cuadros, ni sabía lo que era azul hasta encontrarlo en el inmenso cielo tras la iglesia de Van Gogh. Y aquí estoy frente a 'mi’ naranja, ‘mi’ azul… ¿Cómo no sentirlo?
Mi hijo me miró con incomprensión pero mucho cariño y me invitó a tomar café en el fantástico restaurante del museo. Y bajo los candelabros que reflejaban el sol de invierno hablamos de Van Gogh, de sus cipreses en espiral y de por qué el Museo d'Orsay siempre será para mí el hogar de la pintura.
Otros cuadros os esperan en el blog de Pepe
Van Gogh, el gran y querido pintor de todos... casi que fue mi opción primera pero me decanté por otros mas humildes de mi habitación...
ResponderEliminarcomo no emocionarse ante estas muestras de talento... tu hijo madurará y se dará cuenta de todo... saludos...
La pintura emociona, el arte en general y nos aviva pasiones. Un abrazo
ResponderEliminarEntrañable relato, Dorotea, es cierto que las grandes obras de arte, cuando nos tocan el corazón, nos marcan de por vida. Son hechos que van más allá de cualquier explicación racional y objetiva. Un beso
ResponderEliminarSentimental relato y retrato de todos esos matices que nos nacen de dentro.
ResponderEliminarSentimos, vivimos y proyectamos esas emociones y esos sentimientos... y el Arte, con mayúscula, es lo que tiene, que no nos deja indiferentes.
Un beso.
Ay, me encantó el Musée d'Orsay cuando visité París *__* Es un lugar mágico, sin duda. Genial visitarlo de nuevo con tus palabras,
ResponderEliminar¡Un besazo!
Para mí el Museo d'Orsay es también el templo de la pintura.
ResponderEliminarHay pinturas que nos tocan el corazón
ResponderEliminarBonito todo, un abrazo
Esa iglesia , es muy llamativa como que esconde algo obscuro adentro, y su sombra se proyecta, el cielo tambien azul pero muy obscuro anuncia historias traumaticas , Don Vincent sabia demasiado.
ResponderEliminarTu relato me emocionó, Dototea.
ResponderEliminarTambién yo elegí una pintura que está colgada en el mismo museo,
que también es uno de mis segundos hogares.
Besos
A veces el arte nos emociona tanto que nos hace derramar lágrimas de alegría, y yo lo comprendo porque lo he sentido en muchas ocasiones, ante un cuadro o ante una preciosa canción. ¡Qué bonitas son esas lágrimas!
ResponderEliminarUn abrazo
Una buena elección , fue un gran pintor sus cuadros dan esa inquietud , emoción y sensaciones que pq no provocan esas lágrimas al admirar su obra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que fueron unas cinco horas las que estuve deambulando por sus salas. Iba con unos amigos que al final se cansaron y me esperaron fuera con infinita paciencia a que abandonara el museo. Una experiencia única que anhelo repetir algún día. Claro que una pintura te puede hacer llorar y estremecer.
ResponderEliminarGracias por sumarte a mi propuesta literaria.
Un fuerte abrazo.