Pregunta sin respuesta
"Y tú, ¿de quién eres?", preguntaban las abuelas del pueblo. Sin embargo la chica que cruzaba la Plaza Mayor era de capital y no conocía la costumbre de averiguar de qué familia era cualquier visita. Se sonrió levemente y continuó calle abajo. "Se parece a la hija de Severiana", opinó una de las ancianas. Las demás dijeron que no, que las hijas y nietas de Seve estaban viviendo con ella en Valladolid y ninguna había venido jamás sin la madre. Cuando la intrusa dobló la esquina dejó de existir para el grupillo de la plaza pero dos bocacalles más allá se tropezó con Domitila, una vendedora ambulante, experta en caramelos y chismorreos. Su ojo de ave de presa sacó a la cara de la chica un cierto parecido a la leyenda negra del lugar: el gitano motón, encarcelado desde hacía veinte años por haber matado a su tía a golpes y puñaladas...
"Y tú, ¿de quién eres?", preguntó Domitila para salir de dudas. La chica no respondió sino que apretó el paso y siguió adelante fijándose en los rótulos de las calles hasta llegar a una plazuela dominada por una iglesia en ruinas. A su lado, la maleza crecida entre las juntas de una fachada de adobe apenas dejaba ver los restos de una casa muy antigua. Sacó su móvil de última generación e hizo varias fotos de la casita, sus ventanucos desvestidos, las paredes manchadas de arena y óxido.
Comprobó la calidad de las tomas porque su padre se estaba muriendo y quizás no habría tiempo para volver por un recuerdo de su juventud. Luego se guardó el móvil y desanduvo el camino hasta las afueras donde había dejado su coche. Sin inmutarse pasó de nuevo por el fuego cruzado de miradas imprecisas y suspicaces.
"Y esa, ¿de quién sería?" Nunca lo supieron con certeza.
Más preguntas y alguna respuesta en el blog de San.
Esa pregunta no la puede entender nada más que los que son de pueblo jejeje.
ResponderEliminarLo he visto, he visto la escena tal cual mientras te leia.
Un beso y muchas gracias por acompañarme en este jueves.
Me ha gustado, además nos cuentas un hecho que lamentablemente se ha dado en muchos pueblos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si a mi aun me pasa, pero prefiero la pregunta a las miradas escudriñadoras y los cuchicheos. Magnifico relato y ¿De quien era la chica.....?
ResponderEliminarSi a mi aun me pasa, pero prefiero la pregunta a las miradas escudriñadoras y los cuchicheos. Magnifico relato y ¿De quien era la chica.....?
ResponderEliminarSi a mi aun me pasa, pero prefiero la pregunta a las miradas escudriñadoras y los cuchicheos. Magnifico relato y ¿De quien era la chica.....?
ResponderEliminar...o sea...nos quedaremos con la pregunta zumbando en los oídos??
ResponderEliminarLo he vivido en mis propias carnes pero soy más chula que un ocho para eso y, a veces, tengo descaro. No hay nada mejor que sonreír, parecer lo más agradable posible y responder con el mayor de los silencios pero, al final, siempre se acaban enterando... En fin., en este caso no lo sabían todo. Algo se les había escapado... Tendrán divertimento por una temporada.
ResponderEliminarBesos y tu relato, con ese toque de rebeldía y frialdad del personaje observado.
Nunca lo sabrán y me parece que no lo sabremos nosotros.
ResponderEliminarAunque podría ser que sea hija de la leyenda negra, que el padre de la chica esté arrepentido. Y que ella le fotografie para mostrarle, el lugar al que no se atreva a volver.
Saludos.
Me ha hecho gracia esa inusual manera de averiguar la identidad de la forastera De quién eres? jeje como si en verdad se tratase de una propiedad. Bien planteada la incógnita sobre este personaje que tampoco nosotros llegamos realmente a conocer.
ResponderEliminarUn abrazo
Una pregunta de la q no sabran la respuesta. Tendrán que entretenerse con otro cotilleo.
ResponderEliminarUn saludo
Y tu de quien eres? pregunta para situarse de la gente de los pueblos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Típico de los pueblos; pero lo principal es que ella se llevó su recuerdo consigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Entre chismorreos y dudas, las preguntas van al galope... lo que no así la respuesta. No todo se sabrá! Me gusta tu relato, con ese aire pueblerino tan característico.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
En llos pueblos hay gente muy alacahueta. No saben vivir, sin enterarse de todo
ResponderEliminarUn buén retrato del mundo rural, todavia, en nuestroxs dias..Saludos amiga
En todos los pueblos, la misma historia... no importa dónde o qué idioma se hable... llegas y todos hacen la misma pregunta... una sonrisa a 32 dientes es la mejor respuesta.
ResponderEliminarUn beso.
Lo has bordado! :) Antes en los pueblos era así, como dices...
ResponderEliminarQué tristeza para la chica... Duele un padre muy enfermo...
Muchos besos
No soy de pueblo pero me has dejado con la incógnita sin responder. ¿De quién sería?. Lo que si sé es de su calidad humana y su necesidad de llevarle un presente a su padre moribundo, darle respuesta a una añoranza, la de la casa donde vivió y seguramente fué feliz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.