domingo, 26 de agosto de 2012

Café de agosto



Café de agosto


Me quemé con un café inocente que giraba apacible en su tazón, despidiendo en cada vuelta un hilillo de humo y aportando de ese modo unos grados más al calentamiento general del planeta.

Retiré de golpe la lengua y dejé que buscara el refugio de los dientes y del paladar. Mis ojos, acuosos por el efecto de la quemazón, se fijaron en una imagen borrosa que bailaba en el tiovivo del café impoluto, sin mancha de leche, porque lo suelo tomar negro y aguado.

Rompí el hielo humeante con un saludo a la cara que me observaba desde el tazón. Creo que dije ‘¿Qué tal?’ o algo por el estilo. ‘Mal’, me respondió y siguió su camino circular. ‘¿Por qué?’ quise saber y –como la abuela-lobo de Caperucita– me acerqué para escuchar mejor. ‘Ay, no me bebas todavía…’, me suplicó malinterpretando mi gesto. ‘¡Explícate!’ le exigí y esperé a que el líquido se enfriara un poco.

‘Soy de Colombia’, empezó a contar, ‘recuerdo ser fruto; la cosecha; el tostadero… No sé dónde estoy pero intuyo qué me pasará…’.

Tomé un sorbo notando que el café ya tenía temperatura para ser bebido. La imagen de la superficie se hizo algo más pequeña y nítida. Me agradaba mirarla, su cara redonda, los ojos suspicaces, la boca carnosa que volvió a abrirse:

`Nacer en el trópico, viajar, pasar por manos y máquinas… para acabar en una cueva oscura…´

El siguiente trago cortó sus delirios. Con cierto sadismo cogí la cucharilla y aceleré el vodevil cafetero. La cara –ahora de dimensiones muy reducidas– giraba y giraba como una peonza. Una lengua rosada asomó por la boquita.

‘Me estoy mareando, lo veo todo borroso…’

Acabé con su sufrimiento. Después intenté durante unos segundos leer en los escasos posos que quedaban en el fondo de la taza pero no encontré respuestas a las preguntas que me acosan día y noche, de modo que me vestí y fui al quiosco para consolarme con las noticias catastróficas de otros lugares.

9 comentarios:

  1. A mí se me pone a hablarme en esos términos el humeante café que me voy a tomar y te aseguro que en la gruta negra de mi estómago no acaba. Seguramente hubiera acabado por el negro conducto del fregadero, aunque no sé que final es peor. El café no es la respuerta a nada, pero hace más agradables (cuando no habla), muchos momentos de nuestra vida.
    Un fuerte abrazo.

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  2. jajaja...Dorotea!...muy original el giro -tanto literal como metafórico- que el diste al café!...y sí, nadie ha escapado a la quemazón del oscuro brebaje, apurados por lanzarnos al confortante y cálido círculo del humeante brebaje!
    Un abrazo fuerte!

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  3. Pobre café! sería hijo adoptivo de Juan Valdés jejejeje
    Lo de los posos me parece que no nos va a aclarar mucho el oscuro futuro que no s espera ...
    Besos

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  4. Vamos, yo veo una carita suplicante al fondo de mi taza y me echo a llorar jajajaja, pero bueno "lo que no mata engorda" que decia mi abuela. El caso es que me ha divertido tu negro y aguado cafe.
    Un beso

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  5. ¡¡¡Qué bueno!!! Tengo una vecina que siempre mira los telediarios para deleitarse contando luego todas las catástrofes que ha visto ¡¡¡con una gran sonrisa!!!

    Un abrazo, un café y una bienvenida, amiga nueva.

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  6. Doroooo, por poco no te pillo, que desconecto, que vuelvo a casa, miii casaaaa, largo viaje dijo ET.

    Ha merecido la pena tu retraso, le has dado voz al café de Colombia, le has dado alma y me ha dado casi mena esa carita removida y mareada. Darle vida a lo supuestamente inanimado es una genialidad, tu lo has logrado, sádica bebedora de aromático café, felicitaciones. Ahora me miraré la taza con otra mirada, y sin piedad, me tomaré el café escuchando historias del Brasil, México,Italia...una gozada, un relato negro como el café.
    Besito con sabor a cafelito fuerte.

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  7. Gracias a todas/os por compartir ese café tardío y algo aturdido por el calor que sigue haciendo en la costa malagueña.
    Un beso.

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  8. Bueno Dorotea ahora cada mañana cuando me enfrente a mi café hirviendo, lo miraré con una desconfianza...mira que si me sale hablando, alli caigo fulminada, bueno... o igual nos contamos como va todo esto, porque se ve que los posos hablan poco.
    Tarde pero bienvenida.
    Un abrazo.

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  9. Me ha encantado este trato de par en par, haciendo que ese cafecito adquiera vida propia. Por último se tomó revancha... ni una clave a descifrar te ha dejado en el fondo del pocillo, tal vez tuviera mensajes más apetecibles que las noticias diarias, pero, como solemos decir por acá: es lo que hay.
    Muy buen broche final le has dado a la propuesta del jueves, por lo que ha sido un gusto leerte!
    Besos al vuelo:
    Gaby*

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