sábado, 22 de junio de 2019

NADA NOCTURNA




De niña siempre me acostaba sobre el lado izquierdo y los latidos de mi corazón me parecían las llamadas de una bruja quien al cobijo de la noche pedía entrar en mi cuerpo. Golpeaba con nudillos huesudos hasta que yo empezaba a sudar de miedo. Tanto que cambiaba de postura pero al no escuchar sus llamadas no podía situarla y al rato sentía sus labios secos rozar la piel de mi cara. Pedía socorro y mi madre venía y me consolaba,  encendía la luz del pasillo y dejaba la puerta entreabierta para que me calmara.

Entonces los abrigos que colgaban en el recibidor proyectaban sombras curiosas sobre la pared junto a mi cama. Cada vez que el viento se colaba por la ventana del patio, giraban en sus perchas y levantaban brazos sin manos. Yo mordía mi manta por no volver a despertar a mi madre pero las sombras se acercaban amenazadoras.  Ya me rozaba la pana de la chaqueta del abuelo José cuando un golpe de aire cerró la puerta y la oscuridad de mi cuarto se lo  tragó todo.

De nuevo escuchaba a la bruja llamar a mi corazón hasta que el agotamiento podía  conmigo. Sesenta años después, no ha cambiado casi nada. Duermo con una lámpara encendida y celebro cada amanecer como victoria de la luz sobre los espíritus de la noche.

No, no soy nada nocturna...

11 comentarios:

  1. Sabes los miedos que se tienen de pequeño llegan a la madurez tan bien ..me has hecho recordar que de pequeña a una hora determinada de la noche durante un tiempo me levantaba e iba a la habitación de mis hermanos y con mucho cuidado abría por los pies la cama y dormía con ellos .Mi miedo era que pensaba que en el pasillo había un hombre ..te entiendo perfectamente el miedo que se puede pasar ..luego se fue y nunca más tuve miedo a la oscuridad .
    Un relato donde la oscuridad te provoca esa tensión ..Bueno hay solución su la luz de una lámpara te hace perder ese temor ..
    Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu testimonio ..Abrazos !!.

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  2. La oscuridad saca nuestro mejor lado o nuestros más arraigados temores, llevarlos a la adultez se antoja complicado.
    Abrazos para tu noche

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  3. Muy emotiva forma de describir los porqués de tu "no nocturnidad" jejee
    Un abrazo

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  4. Bienvenidos los amaneceres que nos traen La Luz,
    que es energía.

    Me ha encantado el ritmo de tu narración.

    Besos y gracias por anfitrionarnos.

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  5. PD- Divina la imagen que pusiste en mi enlace:
    Un abanico, muy buena condensación.

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  6. Las luces de la madrugada, borran todos los temores de la noche. Lo malo es que eso se termina por aprender, cuando ya va siendo tarde.
    Besos.

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  7. Aunque sea amante de la noche, te comprendo porque la lz de la mañana hace desaparecer los fantasmas que a veces crea tu mente para no dejarte dormir.

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  8. Qué buen post. Sea o no verídico, es el claro exponente de una hora bruja que nos aterrorizaba. La luz regresa la paz de saber qué hay en cada rincón o sombra.

    Me ha encantado. Un abrazo grande

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  9. Ya veo que no eres nada nocturna y que duermes con la lámpara encendida, todo lo contrario a mí, que me encanta la noche, pero cada uno tiene sus preferencias, como es lógico.

    Un beso enorme.

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  10. Ay, los terrores nocturnos. Yo sentía seres extraños bajo mi cama y recuerdo hasta a veces haber encendido la luz para enfrentarme a ellos. Pero se escondían los malvados, jajá.
    Creo que por eso intenté no acostarme hasta que no pudiera más y de ahí mi noctambulidad.
    Buena convocatoria, Doro, besos.

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  11. Los miedos nocturnos los he padecido en alguna ocasión. Comparto contigo el recelo que inspiran los abrigos en los pecheros. Nunca me han gustado.
    Bss.

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