COMPRENSIÓN
Cuando te hablan en un idioma que desconoces, las palabras se convierten en un caudal de emociones. Observas atentamente el lenguaje corporal, intentas captar la expresión de ojos de quien habla. ¿Sube el tono de voz, suplicante o con desafío? ¿Lo baja para disimular que lo que dice no es verdad? Ante el vacío de tu mirada y la falta de reacción, la exposición del interlocutor se va ralentizando, las pausas se alargan. Finalmente se calla. Quizás levante las cejas. Espera. Ha dicho lo que iba a decir y ahora te toca a ti responder sin haber entendido. Recurres al lenguaje de signos. Te tocas el corazón y señalas a ti misma. Tu mano, con la palma hacia delante, pide disculpas y transmite tu confusión. Tus hombros lo subrayan; tu mano vuelve a tu pecho mientras dices tu nombre. El otro empieza a sonreír y repite el gesto. Su nombre es otro. Ya compartimos dos palabras. Con buena voluntad por ambos lados llegaremos a mucho más.
Disfrutemos con otras palabras favoritas
Muy entrañable tu resolución de la palabra favorita y descrita tal cual.
ResponderEliminarBuena falta hace en este mundo en que vivimos que esa palabra se ancle en todos los corazones.
ResponderEliminarBuena elección y gracias por tu trabajo organizativo.
Un beso.
La palabra que no se dice pero se siente... La que hace que todos nos entendamos.
ResponderEliminarMe ha gustado esta palabra tuya. En serio.
Besos grandes.