miércoles, 1 de octubre de 2014

UNA DE IDIOMAS



UNA DE IDIOMAS



Este verano pasado estuve más que nunca pendiente de las conversaciones de los extranjeros. Y sin conocer nada de su lenguaje, sus gestos y miradas me fueron ayudando a captar el sentido del mismo.

Son gregarios esos forasteros, de modo que viven, viajan y se comunican en grupo. Cualquier idea lanzada por alguno de ellos, se recoge, repite y multiplica con leves variaciones aportadas por los compañeros. El que inició el tema tampoco espera a que le vuelva a tocar la vez: con voz rauca replica y responde, y los otros -asombrados por su falta de educación- le llaman la atención con gritos e improperios. Él se defiende y contraataca, y cuando el desenlace violento parece inevitable, la bandada se aleja volando sin dejar de graznar, de abrir y cerrar picos y de batir alas...

Un buen día, cuando yo ya había superado el nivel básico de comprensión de sus controversias, me encontraba en un pinar disfrutando con mis acuarelas. Ensimismada y entregada a mis apuntes y al juego de luces y sombras sobre el mosaico de las agujas caídas, apenas me movía y desde luego que no hacía ruido. De pronto el silencio del pinar se vió interrumpido. Una pareja de los loritos verdes de la Costa del Sol había aterrizado en el árbol que tenía justo enfrente.

-Mira, brrrr, mira, lo que hace este bicho humano, -graznó el macho.
-Ba, va, tata, déjala, es una hembra, no hacen daño, -fue la respuesta.
-¿Que no? ¿Cómo lo sabes? Esta tiene algo en la garra y nos está mirando fijamente.

El pajarraco se cambió de rama, ladeó la cabeza y dio paso a su digestión.

-Frrrrr, brrrr, no me fío.
-Vámonos entonces. La bandada no está lejos, -le animó la madre de sus huevos.
-¿Por qué? ¿Por qué? Grrrrr, tú siempre a la defensiva.

Voló hasta el pino que tenía yo detrás y empezó a picotear en una piña seca.

-¿Qué haces, inútil? Trrrr, frrrr, allí no hay nada que comer. ¡Qué torpe eres desde que rompiste la cáscara!

La pájara se dedicó a alisar una plumitas desordenadas.

-Lo verás, tirip, rirp, ya creo que lo verás... es mi territorio, mi pino, y no tiene esa porqué mirarlo como si fuera suyo.

-Haz lo que quieras, pero últimamente graznas y graznas y al final, nada de nada... mucho ruido, pocos piñones, frrr, frrr...

Cuando una piña seca cayó cerca de mi bloc de apuntes, hice un rápido gesto para despejarla y se me volcó el frasco de agua. Me levanté y fui al coche.

-Jejeje, brr, grr -chilló él, encantado y orgulloso del resultado de su ataque- Mira, se va, se va. He echado a la grandota, frrr.

-Ven, que nos llaman para ir al eucalipto padre.

La hembra se fue volando y el macho detrás repitiendo sin parar lo que había hecho y por qué y lo que había pasado...


Llené mi frasco de la botella del maletero y retomé mi ocupación preferida. Agradecí que el silencio hubiera vuelto al pinar aunque me quedara con las ganas de graznarle cuatro verdades al presumido ese, pero no domino su lenguaje. 

Los idiomas hay que estudiarlos desde la infancia.


Para saber más del asunto, visiten a Juan Carlos.

14 comentarios:

  1. Ah.... ese pinar tuyo!!! Lindo lugar para hablar y oir...

    besos

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  2. Si pintas sobre lienzo igual que sobre el papel tus acuarelas deben ser estupendas. Yo de ese lenguaje sabía decir pio, pio pero ellos no me entendieron nunca. Un abrazo

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  3. Jajaja, si que son gregarios esos extrangeros, yo que me imaginaba guitis con sandalias y calcetines, rojitos por tanto sol, hiciste bien en no graznarle, no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio, jejeje, divertida historia, miles de besosssssssss

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  4. Me he reído leyéndote, bien urdida la trama y el dibujo que la ilustra.

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  5. Qyué bueno. Mira por donde el presumido jovencillo se salió con la suya. Muy divertido. El comienzo, hasta revelar que se trata de pájaros, me ha gustado mucho, esa idea de escuchar hablar un idioma que no se comprende es una de las que siempre he querido plasmar por escrito.
    Dado tu relato, copio a Gaby* y te mando besos al vuelo.

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  6. Observar y aprender, cuando uno realmente quiere comunicarse, de una forma u otra lo consigue aún sin saber idiomas, Mira tú, un poco más y le graznas. Divertido texto Dorotea.
    Un abrazo.

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  7. Pinceladas perfectas, que encuentran en tus letras un propio idioma. Así, una va plasmando historias que traen consigo, más que un batir de alas.
    Un genial aporte, de pájaros dicharacheros, que por un momento, vieron sus trinos traducidos para un jueves compartido. Me encantó!
    Y junto a Juan Carlos levanto vuelo, dejándote cientos de besos! :)
    Gaby*

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  8. Genial escrito me encanto, muy buen aporte en verdad, me entretuvo bastante el relato muy divertido

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  9. Una metáfora preciosa. A veces más vale no saber lo que nos dicen, no vale la pena.
    Un abrazo

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  10. Jajaja un relato muy divertido e imaginativo! Me encantó!
    Un beso

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  11. jaja divertido texto, con ironía muy bien sembrada!
    =)

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  12. Me gusto mucho el humor empleado en tu relato. Sorprendente llegar a su final y descubrir un lenguaje de pajaros. Una genial creacion.
    Besos

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  13. Pues para no dominar su idioma, bien que supiste de las aviesas intenciones del lorito. Genial, tierno, divertido y a la vez, un texto que puede prestarse a más de una lectura.
    Un fuerte abrazo.

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  14. Y lo curioso de todo esto es que para esos dos loritos verdes, la extranjera, la intrusa y la incomprensible eres tú.
    Genial y diferente como siempre.
    Besos

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