Sol
Bien sea por su presencia o su ausencia, el sol rige nuestro bienestar.
Los que habitamos en zonas cálidas sabemos que el sol tanto acaricia como agobia y que hace brotar la vida pero igual la convierte en cenizas. En las zonas más al norte, no ocurre lo mismo. Hay semanas y meses sin que el sol asome de una manera clara. Amanece, por supuesto, pero tras una capa de nubes, y cuando anochece todavía no se ha visto ninguna sombra, o sea, la luz del sol no se ha hecho visible. Si ese estado se prolonga, algo les falta a la gente y la prueba es que sus vacaciones se convierten en una incansable persecución de luz y calor, de bronceado a toda costa: SOL.
Me encanta el sol, no puedo vivir sin él.
ResponderEliminarNo podría vivir sin ver el sol, aunque dicen que los seres humanos podemos acostumbrarnos a todo. Mejor no lo intento.
ResponderEliminarUn abrazo.