Mirando hacia atrás vi a mi madre que llevaba en sus brazos a mi hermano pequeño. Su cara estaba desencajada y de su boca abierta salio un grito que no llegué a escuchar. Cerré los ojos y me aferré a mi padre. También él gritaba pero el aire estaba tan lleno de pitidos y explosiones que tampoco pude oirlo a él. Cuando abrí los ojos, mi madre y mi hermano ya no estaban. Solo estaba el río con olas turbias y revueltas. Mi padre continuaba avanzando conmigo a cuestas; me apretaba con tanta fuerza que hasta me dolía y ahora sí que lo escuchaba como gritaba y lloraba.
Los demás se olvidarán de nuestra pena aunque para olvidarse tendrían que habernos conocido. Nadie nos ha visto jamás cara a cara, solo a través del ojo de una cámara. Anónimos y perdidos seguiremos huyendo hasta llegar a ninguna parte.
Otras fotos, otros textos en el blog de Inma
Cruel testimonio de cualquiera de las cosas que pueden pasar en una huida a ninguna parte.
ResponderEliminarUn abrazo.
No hay nada más puro y hermoso que la sonrisa de un niño.
ResponderEliminarEsta imagen duele el alma
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saludos poéticos
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Pensamientos poéticos y ensoñaciones
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Es lo peor que se puede vivir, ha visto el video del niño que viaja solo, llorando, sin saber, sin sus padres y ahora al recordarlo estoy llorando
ResponderEliminarConmovedor. Cuántos anónimos perdidos entre las oscuras historias de las guerras! Un abrazo
ResponderEliminarMuy buen corto nos has dejado, el objetivo del la cámara capta el sufrimiento, pero ellos sufren en silencio el destierro. Un abrazo.
ResponderEliminarTambién se puede conocer el horror por una fotografía incluso se puede conocer a quien lo padece.
ResponderEliminarUn abrazo
Es el horror de la gente que huye de una guerra, huyen...hacia ninguna parte
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo, y feliz finde
Desgarrador.
ResponderEliminarBesos
Estremecedor. Ese otro lado del objetivo que sufre y padece, entre tantas vidas que huyen y perecen…
ResponderEliminarCruel y, tristemente, actual…
Un placer leerte, Dorotea.
Abrazo grande 💙
Un instante en el que entra el dolor de lleno,unos ojos que difícilmente olvidarán esa otra imagen que nosotros no llegamos ni a imaginar. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarEso es lo malo... que todo se olvida y se repite esa mirada de horror.
ResponderEliminarMuy sentido tu relato.
Anónimos y perdidos... Agh. Ojalá nadie se viera obligada a emigrar y huir de sus casas y familias. Descorazonador.
ResponderEliminarPero muy buen relato, Dorotea.
Un besazo
los noticieros descargan a la hora de la mesa sus descorazonadoras imágenes, contra más impactantes más mérito para actores pasivos del dolor. Importa la imagen no el sujeto. Terrible e inhumano
ResponderEliminarHay tantos seres anónimos, con estas o más tragedias que ni siquiera son vistos a través de un objetivo. Los humanos tenemos la extraña capacidad de ser de memoria de pez. Olvidamos pronto las tragedias o el mundo no nos deja ser conscientes de ellas.
ResponderEliminarUn texto crudo con esa frase "Los demás se olvidarán de nuestra pena aunque para olvidarse tendrían que habernos conocido" que delata todo el texto y la esencia humana.
Un beso enorme.